Muchos de los tratados de olivicultura o textos sobre la elaboración de aceite modernos citan a este militar y escritor agronómico romano nacido en la Bética, en Gades (Cádiz), ciudad donde nació también Séneca, siendo este contemporáneo y amigo suyo.
Como militar, Columela desempeñó el puesto de Tribunus Militum sirviendo a Roma en las legiones destinadas en Siria. Pero si por algo se destacó este personaje fue por sus conocimientos sobre agronomía, los cuales puso en práctica en sus fincas de la península itálica (Ardea, Carseoli y Alba).
Columela escribió una serie de textos que han llegado hasta nuestros días. En primer lugar una serie de doce libros que fueron publicados en serie bajo el nombre de De re Rustica (Los trabajos de campo). Esta obra está inspirada en autores anteriores como Catón el Viejo o Varrón, además de otros autores latinos y griegos. De re Rustica representa el tratado latino más completo sobre los trabajos de campo, considerada como la mejor recopilación del saber agrícola grecorromano y de toda la Antigüedad precedente
Esta obra, probablemente escrita en el año 42, no solamente ha sido importante para el estudio sobre la agronomía en tiempos romanos, sino que ha servido como manual de referencia y consulta, hasta la revolución agrícola del siglo XVIII.
De los doce libros que componen De Re Rustica, los nueve primeros están orientados a problemas generales de la agricultura, el décimo se desarrolla en hexámetros, es decir está escrito en verso y seguramente era el que en principio culminaba esta obra, que en forma de poema nos adentraba en el mundo del cuidado del huerto. Los libros once y doce se escribieron con posterioridad y ya en forma de prosa tratan también sobre el cuidado del huerto y las casas de campo romanas.
Columela, además de esta importante obra escribió Liber de arboribus (Libro de los árboles), el cual probablemente formó parte de una trilogía, siendo este el segundo volumen.En él se se recogen conocimientos sobre cultivos arbustivos como la vid y el olivo, hasta árboles como los frutales, e incluso flores como la violeta o la rosa.
En cuanto al mundo del olivo y del aceite, Columela ya en el Siglo I nos daba consejos que son válidos actualmente. Aquí tenemos algunos de ellos:
» es el primero de todos los árboles».
Columela muestra su clara admiración por el Olivo en su obra.
“Retardando demasiado la recolección, los aceites resultan sin ese grato aroma que recuerda el del fruto”.
Habla claramente en esta cita de conveniencia de la cosecha temprana y de la calidad organoléptica de los aceites producidos con la oliva recogida de esta forma.
“Las aceitunas que se han caído por haberlas roído los gusanos o las tempestades y las lluvias han tirado al suelo,no sirven para hacer aceite para comer”.
De manera tajante, rechaza las aceitunas recogidas del suelo frente a las de vuelo.
«Desde que las aceitunas cambien de color, y hubiere ya algunas negras entre muchas blancas, convendrá cogerlas a mano,en un día sereno, se cribarán y limpiarán; con cuidado se llevarán al molino».
Encontramos en esta cita las reglas de oro para obtener un aceite de oliva virgen extra, desde la necesidad de la cosecha temprana, pasando por el cuidado en la recolección en la limpieza y en el transporte.
«El fruto que se coja cada día, que se muela y se prense al instante».
Columela nos ilustra esta vez en la conveniencia de moler la aceituna en la mayor brevedad desde el momento de su recolección.
Aunque Columela nació en la Bética, pasó casi toda la vida fuera de ella, hasta morir en Taras (la actual Tarento) hacia el 60-70 , pero su obra ha perdurado hasta nuestros días y ha sido reconocida como una obra cumbre en el mundo de la agricultura, siendo aconsejada su lectura, por ello queremos dejaros en este artículo su obra más importante por si queréis leerla por completo o algunos de sus pasajes.
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